domingo, 25 de mayo de 2014

GR-11 Transpirenaica a pie (1ª parte)

INTRODUCCIÓN

Han pasado tres años desde que comenzamos nuestra aventura pirenaica. El trekking más largo y bonito de Europa.

El GR-11 como sus iniciales indican es una ruta de "gran recorrido" que atraviesa la cordillera pirenaica desde el mar Cantábrico hasta el mar Mediterráneo en algo más de 750 km. Es todo un bastión, una frontera natural que se yergue majestuosa al norte de la Península Ibérica.

Sus caprichos geológicos albergan un clima que puede desde acariciarnos suavemente hasta sepultarnos en el más duro e inhóspito de los ambientes.

Desde niño he viajado año tras año a los Pirineos siempre con el afán de ascender tresmiles. Nunca me planteé caminar debajo de ellos por los valles que recogen sus aguas o pasando de largo por algún collado. Este recorrido me ha hecho conocer en profundidad esta maravillosa cordillera de principio a fin, apreciando su variedad de paisajes y contrastes, su fauna, flora, sin olvidarnos de esos recónditos pueblos de gentes afables y hospitalarias que tan buenos momentos nos han ofrecido.

Hace 17 años compré en Panticosa una guía del GR-11 con la intención de hacerla algún día. Siempre me planteé realizar la travesía en un solo viaje, por lo que nunca encontré el momento. El trabajo no me lo permitiría y ahí quedó en los deberes pendientes, hasta que pensé fraccionar la ruta en cinco años. Iría solo si nadie me acompañaba, pero fue comentarlo en el trabajo y Luismi y Diego decidieron unirse a la aventura.

Y así comenzó todo en el año 2011. Sólo faltaba decidir la fecha. Propuse irnos a finales de octubre. Durante nuestro recorrido pasaríamos por la Selva Irati, el mayor hayedo de Europa y el otoño era sin duda la mejor época. Caminar por aquellos bosques repletos de hayas con sus hojas amarillentas y rojizas contrastando con el verde de los abetos solitarios sería un espectáculo que no me quería perder.

Lo primero que hicimos fue adquirir una nueva guía actualizada del GR-11 de la editorial Prames, la cual detalla minuciosamente el recorrido con horarios y distancias, ofreciendo algunas alternativas para todos los gustos. Los planos de las etapas vienen por separado, lo que facilita las cosas a la hora de su transporte, pudiendo meterlos cada día en una funda de plástico (recomendable por la lluvia).

No utilizamos GPS. El recorrido está señalizado en su totalidad con marcas de GR blancas y rojas. En algunos puntos la señalización es excesiva como en otros apenas existe o está muy deteriorada, pero suele haber mojones de piedras para indicarnos el camino. También existen carteles de madera con indicaciones y tiempos en el mejor de los casos. Ante la duda habrá que seguir dirección este con tendencia sureste si comenzamos desde Cabo Higuer.

PREPARACIÓN DEL VIAJE

- Transporte.- El hándicap radicaba en viajar en vehículo propio o en transporte público, ya que comenzábamos en un punto y terminábamos en otro. Después de valorar distintas opciones, descartamos el tren y optamos por el bus. La empresa Bilman Bus realizaba dos trayectos diarios desde Alicante a Irún. Con el fin de optimizar la duración del viaje decidimos viajar por la noche al San Sebastián a primera hora de la mañana.

Los autobuses que realizan este trayecto son muy cómodos. Disponen de mayor espacio entre asientos para reclinarlos y poder dormir durante el viaje (llevad auriculares y ahorraréis 2 €). Realiza parada de 30' para cenar en área de servicio de Monreal del Campo. Nosotros llevamos cena de casa y ahorramos otro tanto.

Horarios Bus Alicante - San Sebastián:
- Origen Alicante. Salida a las 08:15 horas. Destino San Sebastián. Llegada a las 19:10 horas.
- Origen Alicante. Salida a las 20:20 horas. Destino San Sebastián. Llegada a las 07:05 horas.

Precio: 42,31€ por trayecto. (Ida y vuelta no hay descuento).

El llegar hasta San Sebastián y no continuar hasta Irún fue por aprovechar la ocasión para visitar la ciudad. A pesar de conocerla, no pude pasar de largo por ella y como la logística era cosa mía lo incluí aún siendo consciente que retrasaría el comienzo del trekking.

El transporte hasta Cabo Higuer lo haríamos en bus urbano hasta Hondarribia y otro bus hasta las cercanías del Cabo.

La última etapa finalizaba en Isaba (Navarra). El transporte público resulta complicado en Pirineos puesto que donde lo hay, es en determinados días y horarios, lo que dificulta las combinaciones o alarga demasiado el viaje. Finalmente viajamos hasta Pamplona en taxi por un coste de 120 € (tfno. taxi 948232300). Era la ciudad más cercana a la finalización de la ruta y desde donde había bus directo hasta Alicante de nuevo con Bilman Bus. Viajaríamos a primera hora para llegar por la tarde a casa.

Horarios Bus Pamplona - Alicante:
- Origen Pamplona. Salida a las 10:10 horas. Destino Alicante. Llegada a las 19:15 horas.
- Origen Pamplona. Salida a las 23:00 horas. Destino Alicante. Llegada a las 08:00 horas.

Precio: 37,53€ por trayecto. (Ida y vuelta no hay descuento)

Nota: La logística del transporte es complicada y costosa, pero compartiendo gastos con compañeros se hará más llevadero.

- Alojamiento.- La red de refugios guardados en País Vasco y Navarra es escasa, por no decir inexistente en el GR-11, por lo que decidimos pernoctar en tienda de campaña, aunque posteriormente veremos sobre la marcha que improvisaríamos en otros alojamientos.
La tienda de campaña tiene sus ventajas, pero por la experiencia vivida también sus inconvenientes. Que cada cual elija dependiendo de sus gustos o posibilidades.
   Ventajas:
   - Más económico.
   - No condiciona llegar a final de etapa o por el contrario se puede alargar según convenga.
   Desventajas:
   - Peso. Duplicaremos o triplicaremos el peso de la mochila.
   - Descanso. No se descansa igual sobre suelo duro y peor aún cuando llueve o hace viento.
     Llevad tapones para los oídos. Mitigarán el ruido de los ronquidos, viento, lluvia...
   - Higiene. No podremos ducharnos a diario. Las toallitas húmedas vendrán bien.
   - Imposibilidad de cargar móviles o cámaras fotográficas. Aprovechad en los bares.

Pernoctar en tienda de campaña lleva implícito cocinar por lo que el  peso y volumen de nuestra mochila seguirá aumentando.

Nota: Si optamos por alojamiento en casas rurales u hoteles, los hay a precios razonables. Habrá que tener en cuenta si en la finalización de etapa hay pueblo o no. Si no es así como en Urkiaga, se puede contactar con taxi para nuestra recogida y traslado al hotel. Al día siguiente podrá retornarnos de nuevo al punto para continuar nuestra ruta. Obviamente saldrá más caro, pero más cómodo también.

- La mochila.- Sin duda fue una de las cuestiones que más quebraderos de cabeza supuso, por lo menos el primer año. La primera lista que hicimos hubo que reducirla hasta medio convencernos el peso, aunque he de reconocer que fue un error. Llevaríamos un peso aproximado de 15 kg.

Siempre que realizo una lista lo hago de pies a cabeza, después material de seguridad, utensilios cocina, aseo, botiquín y dormir. De este modo evitaremos olvidos. A continuación nuestra lista:
  • Botas trekking gore-tex
  • 3 pares de calcetines
  • Polainas. (Vienen muy bien en caso de lluvia)
  • Mallas running y pantalón de trekking ligero
  • 3 calzoncillos
  • 2 camisetas interiores térmicas manga larga
  • 1 forro polar ligero
  • Chaqueta Gore-tex
  • Capa de lluvia
  • Bastones
  • Guantes finos y gordos
  • Braga cuello y gorro
  • Gafas sol
  • Protector solar facial y labial
  • Mochila 60 litros
  • Botella de agua de 1,5 l
  • Navaja multiusos
  • Cubiertos, plato, jarra y cazo aluminio
  • Hornillo
  • Toalla de mano de natación (pesan poco y ocupan menos)
  • Bolsa aseo con jabón, cepillo dientes y pasta, desodorante y bote fungusol pies en polvo.
  • Botiquín (compeed ampollas, vendas, anti inflamatorios, analgésicos, pomada anti inflamatoria radio salil, ventolín...)
  • Saco de dormir invierno
  • Aislante
  • Frontal y pilas repuesto
  • Igloo
  • Cámara fotográfica y cargador
  • Móvil y cargador
  • Mapas y brújula
  • Cartera con DNI, tarjeta federativa montaña, tarjeta de crédito y dinero en metálico
Quizá sea una obviedad el recomendar introducir todo en bolsas de plástico para mantener la ropa seca en caso de lluvia. La lista del siguiente año se reducirá considerablemente...

- Presupuesto.- Las previsiones siempre fallan, pero no nos desfasamos mucho de nuestro presupuesto. Fueron 330€ por barba. Aquí está incluido el bus, 1 comida o cena diaria en bar o restaurante, 1 noche de alojamiento y desayuno en casa rural en Burguete, cervezas de rigor, compras en supermercados, taxi desde Isaba a Pamplona, 1 noche de alojamiento y desayuno en Hostal Hemingway en Pamplona y comida durante el viaje de retorno a Alicante.
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DESCRIPCIÓN DE LA RUTA

A las 20:20 horas Luismi y yo subimos a bordo del autocar en la estación de autobuses de Alicante. Diego terminaba de trabajar a las 20:00 horas. No le daría tiempo a llegar a Alicante desde Campello por lo que Ana lo llevó directamente hasta la estación de bus de Benidorm, lugar donde realizaba la primera parada. Ya empezábamos con nervios. ¿Llegaría a tiempo? Pero sí, allí estaba esperándonos. Ya más relajados continuamos viaje.


El bus era muy cómodo. Vimos alguna película y pudimos dormir. Realizamos paradas en Valencia, Monreal del Campo a cenar y Pamplona, hasta llegar a San Sebastián antes del amanecer.



Desayunamos en la primera cafetería que abrió. Después nos fuimos a pasear con nuestros mochilones por el casco antiguo.  Sin lugar a dudas era una buena manera de empezar nuestra aventura. Más tarde  fuimos al puerto pesquero todavía de noche. Amaneció mientras caminábamos por la orilla de La Concha.






No había nadie en la playa. ¡Qué gozada! Caminamos hasta el Castillo de Miramar. Fue lugar de residencia de la familia real. Un lugar idílico para contemplar toda la bahía. Comenzó a llover y nos pusimos las capas de lluvia. ¡Vaya pintas llevábamos en esta ciudad tan elegante!



Recorrimos la playa de Ondarreta con el Monte Igueldo de telón de fondo hasta llegar al Peine del Viento. A pesar de la lluvia queríamos ver las esculturas de Eduardo Chillida. Se trata de un lugar muy especial para los donostiarras y turistas. Algo tiene ese rincón que invita a quedarse un largo rato disfrutando del paisaje.




El tiempo apremiaba. Teníamos que ir todavía hasta Cabo Higuer. Asumimos que no llegaríamos a Bera. Recuperaríamos kilómetros en los días sucesivos. Fue una de las ventajas de ir con tienda de campaña. Así que fuimos otra vez hacia la zona vieja y nos metimos en el Mercado Central. Allí encontramos este bar de pintxos. Todos ellos espectaculares y muy elaborados. Como no supimos cuál elegir, pedimos uno de cada.





Esto estaba degenerando. Llevábamos ya cuatro txacolís y a ese paso nos quedaríamos en San Sebastián los nueve días, pero habíamos venido a otra cosa. Sacamos a rastras a Diego y subimos al Bus de Hondarribia, donde enlazamos con otro hasta las cercanías del Cabo Higuer.


- ETAPA 1.- Cabo Higuer - Irún - Ermita de San Marcial (10 km 3h)

A través de una carretera asfaltada llegamos hasta el inicio de nuestra ruta a las 15:00 horas. Acortaríamos la ruta 20 km. Sería una carga añadida a las etapas previstas, pero no estábamos para nada arrepentidos. Tras hacernos la foto de rigor en el cabo, vimos nuestra primera marca blanca y roja del GR-11 y empezamos a seguirla caminando por una senda muy marcada con el Cantábrico a nuestra izquierda.






Era impresionante el contraste del verdor radiante de la montaña con el azul del mar. Nada que ver con las costas del mediterráneo, como tampoco lo son la temperatura de sus aguas...


Supuestamente íbamos a llegar en pocos minutos a Hondarribia pero...¿Qué mejor forma de empezar la ruta que con un baño? Si íbamos a cruzar los Pirineos de mar a mar lo suyo era darse un chapuzón en cada uno de ellos. He de reconocer que para bañarse a finales de octubre en el Cantábrico hay que echarle un par.



Tras el baño salimos escopeteados para Hondarribia. Se nos haría de noche a este ritmo. La temperatura del agua nos quitó el aturdimiento del vino.




Llegamos a Hondarribia, donde perdimos más tiempo visitando la ciudad, pero tampoco podíamos dejar de pasear por el casco antiguo. De haberlo sabido habríamos dejado las mochilas en consigna para hacer turismo. En frente del Parador Nacional entramos en una tienda de Delicatessen donde compramos una cuña de queso. Estuvimos hablando con la dependienta sobre el GR-11. Fue muy amable indicándonos cómo salir del pueblo hacia Irún.

Diego había echado el ojo a una botella de pacharán. Le dijimos que no porque pesaba mucho. Cuando estábamos a unos metros de la tienda nos llamó y nos dio la botella. ¡No dábamos crédito! No nos conocía de nada y nos estaba regalando una botella de 9€. Insistimos en pagarle y se negó. Dijo que era un detalle suyo para esas noches de frío y lluvia que nos esperaban.

  

Seguimos nuestro camino lloviendo intensamente recordando boquiabiertos el anécdota del pacharán. Nuestra experiencia de momento en el País Vasco era inmejorable. Desde luego habíamos topado con buena gente. El chico de los pintxos también fue muy simpático. Por cierto, también nos invitó al cuarto txacolí.



Cruzamos Irún ante las curiosas miradas de los lugareños por las pintas que teníamos sin duda. Tomamos un cortado y algo dulce, rellenamos nuestro tonel de vino y salimos por la avenida de Navarra con dirección este.


Subimos por una empinada senda hasta la ermita de San Marcial donde tuvimos que hacer uso de nuestros frontales al hacerse de noche. Junto a la ermita hay una caseta con servicios y fregaderos que tiene un techado. Aprovechamos para dormir debajo y resguardados de la lluvia. Estábamos realmente agotados. Los tapones de los oídos vinieron bien para mitigar el ruido de la lluvia.

- ETAPA 2.- Ermita de San Marcial - Bera  - Collado de Izarako (34 Km 8h)

Nos pusimos en marcha al amanecer. Teníamos que recuperar kilómetros. La escusas ya no valían. Había que andar sí o sí.


Dejamos atrás el mar y nos adentramos en el País Vasco rural pintado de verde salteado de multitud de caseríos. Estaban diseminados y bien integrados en el medio. Aquí no había llegado la saturación urbanística.

Nos introdujimos en el primer bosque. El otoño había hecho su aparición. El suelo estaba cubierto de un manto de hojas marrón amarillento. El ambiente era húmedo, la tierra mojada que amortiguaba nuestras pisadas y los troncos de las hayas y castaños cubiertos de musgo. No podíamos dejar de fotografiarlo todo. Sólo escuchábamos el cantar de los pájaros o el ruido de los árboles con el viento. En ese momento caían sobre nuestras cabezas miles de hojas a la vez. Era un aperitivo de lo que nos esperaba.


Se hacía prácticamente de noche cuando atravesábamos los bosques y se hacía de día al salir de ellos. Se abrían ante nosotros extensos prados salpicados de ganado pastando a sus anchas. ¡Cómo no van a estar buenos esos chuletones pastando a sus anchas por aquellos prados!



Llegamos a la presa de San Antón. Aprovechamos para tomar un cortado en Venta Olaberri, que está de camino a 5' de la presa. Suscitamos envidias al contarle a unos montañeros nuestra aventura.




Al fondo divisábamos Bera. Llegaríamos a tiempo para comer. Nos apetecía un buen guiso caliente.




Sólo nos faltaba cruzar el puente sobre el río Bidasoa y elegir dónde comer. Preguntamos como siempre a un señor de la zona y nos indicó uno donde comimos genial. Alubias de primero y rabo de toro de segundo. Para culminar el menú había cuajada casera. Era el menú del día pero no podíamos haber elegido mejor.


Empezaban las primeras ampollas. Diego se sentó en la puerta del bar para curarse y con las pintas que llevaba le pusimos su gorro de Canadá  donde no podía alcanzarlo. Lo que parecía es obvio.



                                     

Tras realizar unas compras en el supermercado para hacer acopio de víveres seguimos caminando. Hicimos  la digestión subiendo una cuesta que no estuvo mal.









Vimos los primeros caballos enanos.



Abundan por la zona pajares de este tipo.


La noche llegaba y había que buscar un lugar donde montar la tienda. Encontramos un sitio inmejorable donde había una mesa al lado. Preparamos pasta para reponer hidratos y por supuesto el tonel de mi padre no paraba...


Terminábamos rendidos tras las largas jornadas con nuestras pesadas mochilas a la espalda. Después de tres días ya andábamos carentes de cariño. Pero ¿para qué están los amigos?


- ETAPA 3.- Collado de Izarako - Collado Zaldegi (7h 45')

La noche fue larga. Más que dormir, vimos pasar las horas del reloj. El fuerte viento agitaba tanto los árboles que temíamos que pudiese caernos alguna rama encima de la tienda, lo que evitaba conciliar el sueño. Desayunamos café con leche y unas tostadas con mermelada de pimiento que nos había preparado Aitana. Recogimos los bártulos y emprendimos la tercera etapa al amanecer.


Si los hayedos eran bonitos, ahora pasábamos por bosques de castaños centenarios espectaculares, donde los únicos acompañantes que tuvimos fueron esos caballos pequeños que vimos el día anterior, poco más grandes que ponis. Dentro de estos bosques sientes hasta qué punto la naturaleza puede ser tan maravillosa.  Se me ponían los pelos de punta al pensar que un incendio pudiera terminar con sitios así.


Y más vacas...


Nunca imaginé que esta primera parte de la transpirenaica fuese a ser tan exigente físicamente, pensando que los grandes desniveles los encontraríamos en el pirineo central. Efectivamente no eran grandes pero era un sube y baja constante que no decepcionó. El peso de la mochila influyó sin lugar a dudas.




Llegamos a Elixondo para comer. Cayeron varias cañas y Diego se fumó hasta un puro. Al estar el pueblo en el valle, tras la comida comenzamos de nuevo a subir y subir. El puro pasó factura evidentemente.



Fue un acierto elegir el otoño para esta ruta. A la vista está...




Aquello seguía subiendo y subiendo. Diego flaqueaba y decía de montar la tienda. Luismi y yo queríamos avanzar un poco más por recuperar kilómetros.


Comenzó a soplar el viento. Teníamos que elegir bien dónde montar la tienda. Habíamos visto durante el recorrido de hoy árboles caídos por el fuerte viento. Estaba eufórico y deseando devorar kilómetros...


Pero la actitud de Dieguito era otra.


Ahora caminábamos junto a la valla divisoria con Francia. Estábamos totalmente expuestos al fuerte viento. No encontrábamos ningún sitio resguardado para montar la tienda. El viento nos impediría  dormir.


Empeoró todavía más cuando comenzó a llover. Se hizo de noche y sacamos los frontales. Nunca he creído en los milagros, pero lo que nos ocurrió pudo ser lo más parecido. Avistamos a lo lejos las luces de un coche. Seguimos andando hasta ver el todo terreno aparcado junto a una cabaña que salía humo de la chimenea. En la puerta había un hombre sentado fumándose un cigarro. Nos preguntó hacia dónde íbamos. Al decirle que a puerto Urkiaga se echó las manos a la cabeza. Dijo que no encontraríamos ningún sitio para montar nuestra tienda. Que era una locura continuar de noche con el fuerte viento que rondaría los 100 km/h. Le preguntamos si podíamos montar delante de la casa en la explanada. Habló con alguien que había dentro de la cabaña. Apenas escuchábamos la conversación por el ruido del viento. Se asomó a la puerta otro hombre haciéndonos un gesto con la mano para que entrásemos. Estaban solos y el resto de cazadores no vendrían hasta el día siguiente. Podíamos quedarnos a dormir en la cabaña.

¡No dábamos crédito! ¡Nos daban alojamiento! Aquello era lo más parecido al "cielo" y esas personas unos santos: San Nicolás y San Patxi. Pasamos al interior sintiendo inmediatamente el calorcito de la lumbre. Olía genial. Al fondo vimos una olla al fuego.  Comenzó a salir humo de nuestro cuerpo al quitarnos la ropa junto al fuego. Los anfitriones salieron afuera a por un generador cuando comenzamos a abrazarnos incrédulos.


Nos dijeron que podíamos ducharnos. ¡Agua caliente en aquel rincón del pirineo navarro a 2000 m de altura! Tímidamente aceptamos, nos duchamos y salimos a cenar. No dejaron que sacásemos nada de nuestra comida, ni pusiésemos la mesa... Nos sentíamos hasta incómodos ante tal generosidad. Compartimos el tonel de vino con ellos, que por cierto alucinaron. Les encantó. Decían: "Me cago en Dios con los alicantinos..." Reímos con ellos mientras cenábamos una purrusalda que me calentó hasta el alma. De segundo nos prepararon huevos fritos con chistorra y unas lonchas de jamón de medio centímetro a la plancha por encima. De postre queso Odiazabal con membrillo. Finalizamos la velada con un gin tonic.


Compartir aquellos momentos con Patxi y Nicolás fue algo que nunca olvidaremos. Mereció la pena seguir caminando y encontrar aquella cabaña de cazadores. Ni en el mejor de nuestros sueños lo habríamos imaginado. Gracias Patxi y Nicolás. Un fuerte abrazo.



- ETAPA 4.- COLLADO ZALDEGI - BURGUETE (23km 8h)

Dormimos como niños en aquellas literas. Desayunamos con nuestros anfitriones café con leche y tostadas. Seguía lloviendo y el viento no había cesado. Daba pereza salir de la cabaña pero había que hacerse el ánimo. Nos pertrecharnos con el equipo de lluvia, nos despedimos afectuosamente de los navarros y comenzamos a caminar.


La senda ascendía entre los árboles de nuevo hasta la valla fronteriza con Francia. Caminamos siempre junto a ella cruzándola a tramos por Francia y España. El viento era tan fuerte que nos volábamos. En la fotografía se puede ve como hacemos fuerza para que el viento no nos tumbe. Fuimos conscientes del gran favor que nos hicieron los cazadores. Habríamos pasado una noche de perros refugiándonos en alguno de los apostaderos de caza que vimos.




Este tramo del GR discurre por la frontera como he dicho anteriormente. No hay árboles, por lo que la exposición al viento era mayor. Descendimos bruscamente viendo ante nosotros un bosque de hayas interminable. Vimos varios árboles caídos por el viento.



Tras atravesar la carretera asfaltada de puerto Urkiaga seguimos nuestro camino comenzando a bajar por un bosque alucinante. Bajaban riachuelos por todos los lados. El musgo lo cubría todo. Hasta los troncos caídos tenían su encanto. Todo estaba resbaladizo y cubierto de hojas. Había que llevar cuidado porque la pendiente era muy pronunciada hasta Casa Pablo, donde nos esperaba un buen chuletón. Después de ver tantas vacas había que probar sus carnes...





                                   
Una de las grandes decepciones del viaje. Esperábamos comernos un pedazo de chuletón y nos tocó sacar el espetec. El restaurante Casa Pablo estaba cerrado por causas ajenas a su voluntad. Una de cal y otra de arena. No podía ser todo tan bueno después de lo de anoche.


Nos resguardamos de la lluvia en el pequeño porche de acceso al restaurante. Aprovechamos la cobertura para hablar con nuestras caris y contarles nuestra decepción. Sin dejar de llover nos pusimos de nuevo en marcha.


Las condiciones meteorológicas no impidieron que disfrutásemos de aquellos fantásticos paisajes. El mayor hayedo de Europa estaba delante de nosotros. Miles de hayas con sus hojas ocres contrastaban con los abetos verdes.



Nuestro calvario fueron esas mochilas.


Luismi decía de buscar un buen sitio para montar la tienda. El viento había cesado pero Diego y yo caminábamos como posesos para buscar una casa rural. Dormir el colchón nos había mal acostumbrado. Teníamos clarísimo que después del día que habíamos pasado soportando aquellas inclemencias meteorológicas adversas dormiríamos en cama.


17 € por cabeza no era dinero para volver a pasar otra noche de perros.


Después de cuatro jornadas nos pusimos al día con las etapas. Recuperamos los kilómetros perdidos en San Sebastián. Tras encontrar la casa rural nos fuimos a celebrarlo con unas cañas.


La imagen habla por sí sola. No nos merecíamos menos después del pateo de hoy. Lo que nos ahorramos en Casa Pablo lo empleamos en dormir como marqueses.



- ETAPA 5.- Burguete - Fábrica de Orbaizeta - Casas de Irati (36 km 9h 30')

A mitad de mañana paramos para ponerse un compeed Diego en el pie. Apenas hay fotos porque tuvimos un accidente con la cámara de Luismi.


Tras una fuerte bajada llegamos a un pueblecito muy pequeño. Creo recordar que era Arazola donde comimos un buen plato de alubias.


No había forma de despegarnos de aquella chimenea.






                                      


Irati al fondo. No terminaban las hayas...


Dimos de comer a estos cerdos simpáticos


Y luego vinieron los burros. Les encantaron las manzanas.



Acampamos unos 500 m por encima del pueblo. Tuvimos malos pensamientos de bajar a por unos gin tonics, pero no estábamos para hacer kilómetros extra. Bueno, la tienda la montamos como siempre Diego y yo. Luismi se escaqueaba una vez más llamando a su cari.

No llegamos ese día a final de etapa pero estábamos reventados. La jornada fue muy larga.


Luego rebufaba cuando venían las cuestas, pero son los inconvenientes del ducados.


- ETAPA 6.- Casas de Irati - Ochagavía (14 km 6h 10')

¡Once horas seguidas dormí ante la atenta mirada de mis compañeros! Amanecimos sobre un mar de nubes. No se veía el pueblo. Tan sólo emergían algunas elevaciones. Hicimos algún kilómetro más ya que el día anterior no llegamos a final de etapa.

                                      

No dejaba de admirar aquel paraíso. Habían fotografías por donde mirases.



Estas fuentes tenían un hilo de agua constante para mantener el nivel de las pilas para que el ganado pudiera beber. Averigüé más tarde que Diego y Luismi sumergían las cantimploras para no perder tiempo rellenándolas. ¡Para matarlos!




Seguimos caminando entre  hayedos y castaños. No nos cruzamos con nadie. ¡Qué acierto haber venido en otoño! Llevábamos dos cámaras fotográficas a pleno rendimiento.






Por esta zona los caballos eran más grandes.








Al fondo del valle avistábamos Ochagavía. Pero nos quedaba un buen bajadón. Las rodillas ya se resentían. Apretamos el paso para llegar a comer.






Llegamos a tiempo para comer. Ochagavía estaba plagado de turistas. No estábamos acostumbrados a ese bullicio. El pueblo es realmente bonito y buen centro de operaciones para visitar Irati. Volveré con mi familia algún día.
Acampamos junto a un establo junto al pueblo. El propietario nos dio permiso para montar la tienda. Nos dieron unas ganas locas de pecar de nuevo pero todo estaba completo. A falta de ducha, me metí al río y me quedé nuevo. Hay fotografías de mis queridos amigos que sigilosamente me fotografiaron, pero por razones obvias no añado.
Estas cenas tampoco tienen precio. Aquella sopa de cebolla nos sentó estupendamente.
- ETAPA 7.- Ochagavía - Isaba. (24 km 6h)
Última jornada. Recogimos todos los bártulos y nos fuimos a desayunar al bar. Salimos más tarde de lo previsto porque el bar abría a las 08:00 horas.

Gran parte del recorrido transcurrió por pista forestal. Fueron 17 km de subida constante pero suave y 7 km de fuerte bajada hasta Isaba.
Al fondo ya se avistaban cotas de mayor altura por donde pasaríamos el próximo año. Diego no contestaba aunque el silencio hablaba por sí solo. No vendría.
Seguíamos deleitándonos con postales increíbles.


La meta estaba próxima.

Estaba deseando que llegase el año que viene para continuar.


Disfrutando del sol. Pocas veces había hecho su aparición días atrás. Aprovechamos para relajarnos disfrutando del momento.



Esta es una de las fotos de grupo que más me gustan del viaje. De izquierda a derecha: Luismi, yo y Diego.
Había zonas con medio metro de hojas. Caminamos sobre ellas arrastrándolas sin esfuerzo escuchando el ruido que hacían.

Restaban 5 km para finalizar y seguíamos sorprendiéndonos con el paisaje...



Y por fin el final de etapa. Teníamos una mezcla de alegría y tristeza. Habíamos conseguido nuestro objetivo pero había terminado. Me había acostumbrado a aquello. Lo iba a echar de menos trabajando. Habrá que ir pensando ya en el año que viene.

A la hora convenida apareció el taxi en Isaba. Fueron 120 km hasta Pamplona donde nos alojamos en el Hostal Hemingway.



Tras la ducha preguntamos al recepcionista por la zona de bares y nos fuimos a celebrarlo.


Y cómo no. Acabamos en la C/ Estafeta. Había un ambientazo increíble. Todos los bares estaban llenos. Las pintas de montañeros nos delataban.
  
Aprovechamos para hacer un poco de turismo. Y pensar que aquí no cabe un alfiler el día del chupinazo...
 Las cañas hicieron efecto y Diego quería alcanzar los jamones de la planta superior. Jajaja
Preparando el desayuno antes de coger el bus.
¡HASTA EL AÑO QUE VIENE!

Realizo la publicación de esta entrada a una semana vista de nuestro 4º viaje de la Transpirenaica (Estaón - Santuario de Nuria). Si os ha gustado suscribiros a mi blog y recibiréis notificación de las publicaciones restantes.

Continuará...