miércoles, 1 de octubre de 2014

GR-11 Transpirenaica a pie (3ª parte)

INTRODUCCIÓN

Pensaréis que estamos locos, pero todo comenzó en el bus de vuelta a casa el año pasado. Nuestro grupo de whatsaap echaba humo. Los picudos estaban enfurecidos por haberse perdido aquel increíble viaje. Querían pasar página y comenzar a planificar el próximo. No voy a decir al día siguiente, pero sí durante la semana posterior a nuestra llegada ya había esbozado las etapas previstas.

Ha sido un año muy especial al compartir este proyecto con los picudos. El Negre incluso puso una cuenta atrás en su móvil contando los días que restaban para irnos. Entrenamos juntos  haciendo verdaderos rutones, llevados en muchos casos al límite. Los adjetivos "extremo" o "integral" forman parte de nuestro argot. Trekking a secas sabe a poco ¿verdad Negre? jajaja. No hace falta irse a Pirineos para sufrir como una perra como bien dices. Sencillamente hay que juntar dos o tres rutas y sale algo decente, como por ejemplo: Puig Campana - Aitana (30km 10h). Ha habido un pique sano entre nosotros, llegando como motos al gran día.

PREPARACIÓN DEL VIAJE

Cuadrar los días por cuestiones profesionales ha sido complicado. Establecimos las fechas en julio, por aquello de los imprevistos de  última hora. Ya teníamos experiencia por años anteriores y no queríamos precipitarnos, pero... ¡bingo! En agosto me hicieron entrega de una citación para un juicio el 10 de septiembre. ¡Segundo día del viaje! Mis compañeros no daban crédito, pero son riesgos inherentes a nuestro trabajo. Por fortuna no había formalizada ninguna reserva.

Me negaba a suspenderlo. Ya tuvimos inesperados incidentes y siempre salimos airosos. Había que hacer algo. Dando vueltas y vueltas a la cabeza... ¡me iluminé! ¡No había que anular nada! Todo seguiría igual a excepción de un par de cosas.

En un principio el viaje estaba previsto del 9 al 18 de septiembre. Iríamos en coche particular hasta Estaón, lugar donde finalizaba el trekking. Allí nos recogería un taxi (el mismo que el año anterior nos llevó a Bielsa) y nos trasladaría al refugio de Pineta, donde iniciaríamos la ruta al día siguiente. De ese modo tendríamos nuestro vehículo una vez concluido el recorrido, pernoctando en el refugio de Estaón y regresando el 18 a Alicante.

El juicio se celebraría el día 10 a las 12:50 horas. Iríamos a los juzgados con el coche cargado. Saldríamos pitando comiendo un bocata por el camino llegando a cenar al refugio de Pineta. De este modo aprovechábamos el día del juicio para viajar. Tan sólo había que retrasar todo un día y podríamos irnos en las mismas fechas. El taxi lo dejaríamos para el final.

- Transporte.- Como he mencionado anteriormente este año decidimos viajar en vehículo particular. Chicho había adquirido recientemente una Seat Alhambra 1.9 TDI de color rojo pasión,  jajaja (es lo que tiene la segunda mano, no puede elegir color) y qué mejor  ocasión para estrenarla. El transporte sería mucho más rápido. El problema radicaba como siempre que empezamos en un punto y terminamos en otro. Los kilómetros realizados a pie, nada tienen que ver con los que se hacen por carretera, que obviamente son muchos más. Pedí presupuesto a Miguel y acordamos 240€. Aún así nos salía rentable por tiempo y dinero. Como sabéis el transporte siempre será un hándicap.

- Alojamiento.- Al igual que el año anterior nos alojaríamos en refugios guardados y hoteles. Sufrir, lo justo. En esta ocasión he reducido la logística a un folio din A4, en el cual tendríamos toda la información necesaria entregando una copia a cada uno. Como siempre poniéndoselo todo bien fácil.

- Mochila.- Después de la experiencia del primer año volvimos a repetir con la mochila del año pasado pincha aquí. Luismi llevó una más grande de 30 litros.

- Presupuesto.- El presupuesto fue de 550€. Algunos llegamos hasta los 600€ al no poder resistir comprar esos riquísimos productos de Aragón en Calamocha.
_____________________________________________

DESCRIPCIÓN DE LA RUTA

El día 10 de septiembre a las 12:30 horas nos presentamos en los juzgados de Alicante con pantalones de trekking y camisetas técnicas. Como siempre el juicio se retrasó y salí a las 14:00 horas. Coordinados como si de una carrera de relevos se tratara, mis compañeros comenzaron a correr hacia la Alhambra cuando me vieron aparecer por la puerta del palacio de justicia, dándoles alcance a mitad de camino.

Una vez en el coche nos dimos cuenta de lo confortable que era aquella "fragoneta". Mido 1,85 y jamás he ido tan cómodo detrás de un turismo. Pasamos Sagunto y ya en provincia de Teruel paramos en el primer bar de carretera que vimos. Bocata, coca cola, cortao y seguimos ruta.  Tras cambiar disco tacógrafo jajaja, Luismi hizo el relevo a Chicho. El viaje fue realmente divertido. Esta vez tocaba meterse con la roja pasión, propiedad del Payasín. Luismi le hacía ráfagas de luz a los camioneros y en las bajadas de los puertos hacíamos sonar el hidráulico de los frenos. Le preguntamos por el baño e incluso por los martillos rompe cristales. Vamos, nos despachamos bien. Pero insisto, cómoda a más no poder, ahora que no me oye.

A las ocho recibí una llamada fuera de tono por parte del responsable del refugio. No sabía si iríamos a cenar. Le dije que sí, como estaba acordado en la reserva. Habíamos pasado Ainsa y llegaríamos en algo más de media hora. Antes de las 21:00 horas estuvimos cenando. Compartimos mesa con una pareja de Cádiz que estaban realizando tramos del GR-11. Después subimos a dormir, donde nos acompañaría un roncador profesional. Sacamos los tapones y mitigamos el problema.

Chicho junto a la roja pasión. Rezó para que no la corneasen las vacas por aquello del color jajaja.


- ETAPA 1.- Refugio de Pineta - Parzán (19km 7h)

A las 08:00 horas bajamos a desayunar. Recogimos el picnic y pagamos la cuenta. El chico del refugio estaba más afable que el día anterior. Se disculpó diciendo que la reserva estaba hecha de hacía mucho tiempo y no sabía... si vendríamos. El caso es que aceptamos las disculpas y salimos afuera. Ante nuestros ojos...  ¡aquella maravilla! Un día despejado con cielo azul y un sol radiante. Tuvimos que levantar nuestras cabezas para ver donde terminaban las montañas. En seguida afloraron malos recuerdos: el bajadón del año pasado desde el mirador de Añisclo.

El Negre alucinaba. Era su primera vez en Pirineos y cuando llegamos la noche anterior no pudo ver nada con la oscuridad. Ahora nos comprendía, pero en esta ocasión estaba con nosotros para disfrutarlo ¡y con boticas pijas nuevas! 


Aquí se puede apreciar nuestras caras de felicidad. La cuenta atrás había terminado y aquello empezaba. Más adelante veremos en alguno de nosotros, que ese gesto alegre se iría quedando en el camino.

Salimos del refugio y caminamos unos cientos de metros debajo del tendido eléctrico por la margen derecha del  Zinca. Pronto alcanzamos de nuevo el camino que nos llevó hasta la entrada del Parador Nacional de Pineta. ¡Vaya pedazo de enclave!


Por la derecha de la Ermita de Pineta y junto a una fuente ascendimos por una senda que discurría por el frondoso hayedo dirección norte. De nuevo en aquellos bosques. Ya lo estaba necesitando. Soy adicto. Lo reconozco. Y por cierto, no quiero desintoxicarme.




Desde un primer momento iban quedando claras las posiciones...

Cogido con Chicho. Y pensar que hacía unos años trabajamos juntos y nunca hicimos montaña... Tuvimos ambos que permutar a sitios distintos para que el destino nos uniese de nuevo. Bajo mis piernas la cascada del Zinca al fondo.

La senda desemboca en una pista forestal que nos llevará hasta los Llanos de la Larri. De nuevo en aquel bonito lugar donde estuve con mi hija mayor hacía 10 años. Por aquel entonces tuve que contenerme en no subir todo aquello al tener mi pequeña solo dos años. Ahora estaba de nuevo allí para saldar cuentas.

Las marcas del GR son escasas por no decir nulas. Hay que caminar por el manto verde dirección noreste hasta las proximidades del barranco de Opacas. Luego habrá que subir zigzagueando dirección sureste hasta alcanzar la Plana es Corders.



Tras atravesar un pequeño collado paramos a almorzar para admirar aquel paisaje con la norte del Perdido al fondo.


Las previsiones se cumplieron. La diversión estaba garantizada. Comenzaron los roces y aunque parezca lo contrario, sin mariconadas jajaja


Perdonad mi atrevimiento pero no he podido resistirme en colgarla. Como veis, bonito paisaje al fondo.



Tras el almuerzo y echar unas risas con las fotos, reanudamos la marcha dirección a la Collata las Coronetas (2159m).


Se aprecia el desnivel desde el fondo del valle. Aunque no lo parezca resultó muy cómoda la subida.



Hicimos parada para hidratarnos y refrescarnos un poco en aquella fuente. Pero cómo no iba a estar buena la carne de aquellas vacas...


Es que no podía dejar de volver la cabeza hacia atrás para ver el Perdido...


Alcanzamos la Collata de las Coronetas comenzamos el descenso primero suavemente y después serpenteamos entre bloques bajando una fuerte pendiente hasta el Barranco de Pietramula.


Aquel apacible lugar bien merecía la pena cerrar los ojos y escuchar... ¡nada!. Disfrutamos 20 minutos del silencio y los rayos de sol. Era el primer año que no empezábamos lloviendo.



Nos encontramos de nuevo con aquellos maravillosos animales que se dejaban acariciar a cambio de unas manzanas.




La senda desembocó en una pista forestal, donde habían tres vehículos. Con uno de ellos (nuevo por cierto) se habían cebado bien las vacas. Alguna decidió rascarse con él y estaba lleno de abolladuras. En seguida vino a nuestra mente la Seat Alhambra.


Llegando a Chisagüés empezó el calvario de Luismi: ¡las ampollas! Se puso un compeed y continuó, pero al día siguiente terminaría por ponerse las zapatillas.


Simpática foto comiéndonos los chupachups del picnic.



Poco después enlazamos con la carretera asfaltada que nos llevó a Parzán. Al poco localizamos el Hostal La Fuen dirección Bielsa. La chica del hotel nos dejó la llave en el lugar convenido ya que estaba cerrado. Abrimos y subimos a las habitaciones a ducharnos. Había tiempo suficiente hasta la cena, por lo que fuimos hasta el bar de la gasolinera que habíamos visto bajando a tomar unas birras.



Tras la cena, fuimos pronto a dormir.

- ETAPA 2.- Parzán - Refugio de Viadós (19,5km 8h)

A las 08:00 horas bajamos a desayunar. No madrugábamos mucho. Estábamos de vacaciones por mucho que algunos piensen que venimos a sufrir ¿verdad negre? jajaja


Remontamos por la carretera de Francia durante 1,4 km hasta un cruce a nuestra derecha hacia Ordizeto. Caminaremos por pista forestal durante 1,45h subiendo por la margen derecha del barranco hasta la Central Eléctrica de Ordizeto (1940 m).






Tras hacer unas fotos en la presa de la central eléctrica, seguimos subiendo por pista y después por un sendero que acorta el recorrido hasta la Collata de Chistau (2314 m). Aquí Luismi hizo pole.



Yo me quedé con Chicho haciendo unas fotos.


Llegando a la Collata de Chistau.


 

Atravesado el collado paramos junto a una caseta, desde donde contemplábamos todo el valle de Chistau. Mientras comíamos unas barritas apareció un pastor de unos 65 años  en pantalón de pana, botas medio rotas (sin gore tex claro), una rebeca de paño y una boina. Abrió la puerta de la caseta para coger un saco de sal para las ovejas. Conversamos un poco con él y nos dijo que subía todos los días. Le ofrecimos un poco de vino, se echó el saco de unos 25 kilos al hombro y subió ladera arriba hacia su rebaño.

Mientras lo veíamos subir nos miramos unos a otros y luego hicimos una visual hacia nuestra indumentaria: botas gore tex con suela vibram, mallas (algunas de ellas con membrana corta viento), camisetas técnicas con tratamientos antibacterianos, chaquetas de gore tex, etc... y nos sentimos ridículos. Aquello que se perdía de vista sí era un hombre.




Iniciamos el descenso divisando al fondo el Posets. Un "yaque" que incluiríamos en nuestra ruta. Aunque el negre no lo tenía muy claro.



Era la hora de comer. ¡Qué mejor sitio que aquel! Podríamos bañarnos en aquellas aguas que te dejaban nuevo.

Y cómo no, fuimos Luismi y yo una vez más los que nos dimos el chapuzón.




Una vez en la pista que viene remontando La Zinqueta subiremos por ella durante un par de kilómetros hasta encontrar una senda a nuestra izquierda tras cruzar un puente sobre el río que nos llevará entre pinos hasta el refugio de Viadós.


El negre nos empezaba a flaquear. Los malos pensamientos le asaltaban.




Nuestro objetivo para el día siguiente oculto por las nubes (1600 m de desnivel)


En la habitación preparándonos para la ducha.


- ¿Dónde decís que hay que subir mañana...?


Me moría de ganas por volver a subir allí arriba. Fue mi primer tresmil con tan sólo trece años. Todavía recuerdo el miedo que pasé en aquella cresta nevada por mi corta experiencia...


Y contemplando aquel segundón del pirineo esperamos la hora de la cena.


- ETAPA 3.- Refugio Viadós - Posets - Refugio Ángel Orus (15km 10h)

Madrugamos más de lo habitual, pero la ruta de hoy con un tresmil por en medio era larga y dura. Salimos al amanecer hacia el este por el camino que atraviesa las casetas buscando el río.


Caminamos por su margen izquierdo hasta atravesarlo por un pequeño puente. Siguiendo los mojones nos introducimos en el bosque. Pronto salimos de él comenzando la brutal subida. ¡Diossss!




¡Qué pasada! Al fondo se divisa la arboleda que atravesamos tras cruzar el río. La cosa se empinaba de lo lindo desafiando a la gravedad y según el negre a la lógica, jajaja. Llorando, llorando pero subía como un jabato. A este le falla el coco porque físico tiene un rato.

 Faltó nada para que perdiésemos a Chicho. Paramos a almorzar el bocata de pan duro sin aceite del picnic y Chicho de poco se ahoga. Comió muy deprisa y se atragantó. Aquel pan no pasaba ni con agua. Nos asustamos cuando comenzó a darse puñetazos en el pecho. Cuando aquello pasó nos descojonamos de lo lindo claro...


- ¡¿Qué coño hago yo aquí...?! 


El corredor Arleau a nuestra izquierda. El Espadas al fondo.


En el collado mirando el paisaje. Sólo nos quedaba subir por la cresta hasta la cima.


Cresteando hacia la cima con un día espectacular...




- ¡No os bastaba con andar 8 o 10 horas todos los días no...! ¡Había que subir también al Posets! ¡Estáis zumbaos!


La cima a tan sólo 200 metros.





¡Menudo yaque! Los cuatro juntos allí arriba. ¡El negre se nos vino arriba! Ahora no se arrepentía de haber subido al 2º pico de los Pirineos. 



Hacía un día espléndido sin nada de viento y totalmente despejado salvo el Pirineo francés, oculto por las nubes. Almorzamos tranquilamente disfrutando de aquel paisaje, localizando todas las cumbres que conocíamos. Valoramos acercarnos al Espadas al ir bien de tiempo y anotar así otro tresmil. Al final nos decidimos y fuimos a por él. El negre decía que "de perdidos al río".


Bajamos la fuerte pendiente llena de piedras hasta el collado, donde llega el corredor Arleau (foto de abajo). Dejamos las mochilas y continuamos cresteando dirección al Espadas con bastante patio.



Llegamos a un punto donde la cosa se complicaba. No llevábamos material de escalada para asegurar. Hicimos la foto de rigor y tan contentos dimos la vuelta. Sabia decisión. Aquel paso era peligroso y no queríamos sustos. 



Por evitar el fuerte desnivel hasta el Posets, descendimos desde el collado donde dejamos las mochilas por un corredorcillo muy empinado hasta alcanzar una pala de nieve. Bajamos corriendo por ella. Al final se me ve esperando al resto del grupo. Tuvimos que volver a subir por nuestra izquierda hasta enlazar con la senda que iba al refugio Ángel Orus.


Bajando por el corredor. El no llevar piolet hizo que alguno cagara blando. Abrí huella taloneando fuertemente en la nieve y no hubo mayores problemas.




El Espadas detrás de mí. Se puede apreciar el patio de la cresta donde abortamos misión.


Bajando por los neveros hacia el Ángel Orus.


Bajo nuestros pies escuchábamos bajar el agua del río. Había que pisar con mucho cuidadín.


El descenso desde la cima se hizo duro. Había que tirar de bastones para proteger nuestras articulaciones. Desde luego que nos ganamos la cena de hoy.


Con el último nevero dejamos atrás el incómodo terreno pedregoso. Al perder altura empezó la vegetación. Seguimos bajando por la marcada senda entre el manto verde.


Y cómo no, aproveché para darme un último baño antes de llegar al refugio. Bañarte en aquellas aguas de deshielo reavivaba a los muertos. He de decir que te dejaba como nuevo.


¡Qué lujo de refugio el Ángel Orus! Estaba todo nuevo y moderno. Teníamos literas independientes, baño en la habitación...


... y esta fantástica terraza donde dimos cuenta a una buena jarra de cerveza mirando el paisaje. Bueno, si os fijáis, el negre tiene en el suelo junto a su silla "la fantica". ¡Si es que así cómo va a subir luego!


En la cena compartimos mesa con gente de Zaragoza. Como siempre buen ambiente montañero, aunque nada superaría aquella noche en el refugio de Góriz el pasado año.


- ETAPA 4.- Refugio de Ángel Orus - Puente de San Jaime (13km 7:00h)

Madrugamos lo justo. La etapa de hoy era corta y con poco desnivel.  Desayunamos a las 08:00 y a las 08:45 horas estábamos en marcha. Había que volver a subir unos cientos de metros hasta enlazar con el GR-11. Un poco antes de llegar a la zona del baño del día anterior.


Caminando desde el refugio dirección norte, cruzamos el barranco de la Llardaneta y a media ladera, tras pasar junto a la cabaña con el mismo nombre, ascendimos poco a poco hasta un resalte rocoso que hay en el Barranco de los Ibons. Desde aquí llegaremos al Ibón de Grist a 2.410m.

Con  el Ibón de Grist detrás.


Detrás de nosotros se yergue el majestuoso Posets.


Chicho en el Ibón de la Plana. Detrás el collado con el mismo nombre (2702m). A partir de aquí sería todo descenso hasta Puen de San Chaime.


Paramos un rato para hacer unas fotografías. Se dibujaba el perfil del Posets en las aguas de azul intenso de aquellos ibones ofreciéndonos postales preciosas.


Una vez alcanzado el collado, descendimos por una sucesión de pequeñitos ibones, donde encontramos una pequeña explanada donde comer...


... y dormir un rato, disfrutando del silencio de aquel apacible lugar.


Bajando el valle avistamos al fondo el Perdiguero.


El Aneto al fondo. Al día siguiente pasaríamos por allí. La jornada más larga...


Otra vez bajando por aquellos bloques enormes saltando de unos a otros.




Llegando al Ibón d'Escarpinosa (2025m)
  

Continuamos por la senda zigzagueando entre el bosque de pinos donde nos encontramos un montón de senderistas. Finalmente llegamos al Ibón Chico de Batisielles.



Dejamos a nuestra izquierda el desvío hacia el refugio de Estós y continuamos por la senda dirección hacia Puen de San Chaime por el frondoso bosque.




Enlazamos con pista forestal que nos llevó hasta la presa. Poco después seguimos por carretera hasta el Camping Aneto.
  


Llegamos a tiempo para comer en el bar del camping. Por la tarde bajamos en bus a Benasque directos a Barrabés. Yo me dejé me tarjeta de crédito en el albergue para evitar tentaciones. Los picudos sin embargo, fue lo primero que cogieron.


Aunque parezca mentira, nadie pecó. Sería por no añadir peso a las mochilas... Compramos comida para el día siguiente y buscamos un buen sitio para cenar...


... y lo encontramos. Ni con una buena comida hacíamos sonreír al Negre...


Cenar en Benasque implicaba subir al albergue en taxi. Al tratarse de una ciudad importante pensamos que no habría problema, pero nada más lejos de la realidad. Llamamos hasta tres taxistas. Todos ellos rehusaron el servicio por ser un trayecto corto. No llevábamos nuestros frontales y la carretera estaba completamente a oscuras. El negre dijo que no andaría gratis un kilómetro más, jajaja.
Comenzamos a subir y se puso a levantar el pulgar introduciéndose hasta el centro de la calzada. ¡Vamos, casi asaltando a los vehículos! ¡El tercero paró! ¡No dábamos crédito! Bueno, es que si no para, lo atropella. Una pareja joven (también montañeros) en un Renault Laguna se apiadó de nosotros y nos dijo que si cabíamos todos, nos subían. ¡¿Que si cabemos?! Entramos los cuatro detrás y subimos como sardinas en lata hasta el camping. Por aquellos lares las cosas funcionan de otra manera. A buena hora iba yo a parar a cuatro hombres de noche con mi chica...


- ETAPA 5.- Puente de San Jaime - Aneto (27 km 12h)

Hoy tocaba saltarse el desayuno. Había que madrugar mucho. La jornada era larga. Desayunamos unos batidos de chocolate y unas galletas que compramos en Benasque  partiendo al amanecer. Abonamos la cuenta la noche anterior. El chico del bar nos hizo el favor de dejarnos la botella de aceite para los bocatas, más que nada para que Chicho no se ahogase, jajaja.

Remontamos dirección noroeste por la margen izquierda del río Ésera hasta la presa de Paso Nuevo. Atajamos por una senda en zigzag hasta enlazar de nuevo con la pista sobre el Barranco de Ballibierna.



No dejaríamos la pista de Ballibierna hasta la Cabaña de Pescadores.


Podíamos ahorrarnos todo el recorrido por pista con el bus, pero era parte del GR-11 y no había otra. Lo hicimos a pie. A regañadientes el negre aceptó barco. En la parada del bus junto a la cabaña pescadores realizamos la primera parada para comer unos frutos secos.


Nos quedamos con ganas de subir al Aneto, por lo menos los tres de la foto que sigue, pero este yaque era demasiado sin tener saco de dormir y un día más. Dejamos el desvío y seguimos las señales de la transpirenaica. El Negre nos aseguró que el Aneto no se marcharía de allí jajaja.


Otro día espectacular. Cielo azul totalmente despejado. No podíamos creerlo. Ni un sólo día de lluvia todavía. 


Ahora era el Negre el que sufría con las ampollas...




Dejamos atrás el plano herboso de la Pleta de Llosás y ascendimos hasta el Ibón Baixo de Ballibierna (2426m).


Desde el fondo todavía nos vigilaba el Posets...


Una vez más no pude resistirme a aquellas aguas cristalinas. El Negre estaba convencido que se trataba de un trauma de la infancia.


Repusimos fuerzas antes de subir al collado con el mismo nombre.




Cuando uno se cree un machote por llevar a cabo un reto como la transpirenaica, se encuentra con este labrador y te baja los humos. Llevaba patucos para proteger las almohadillas de las patas y alforjas, ya que transportaba su pienso.Venía con su dueña en sentido contrario al nuestro, es decir, proveniente de Cap de Creus, pero estaban realizando el GR-11 de una tacada. Aquella chica navarra portaba un mochilón de la leche. A priori podía parecer una perro flauta, pero fijándonos bien llevaba mochila Vaude, chaqueta Mammut, cámara Cánon con teleobjetivo..., vamos que el perro bien, pero la flauta no la encontramos por ningún sitio. Allí había nivel. Nos despedimos de ella y continuamos hacia el collado.


Seguimos por aquel terreno de bloques encontrando los primeros neveros.


Foto desde el collado a 2728m. Máxima cota del día.


Estuvimos todo el día sin cobertura. En el collado pudimos hablar con nuestras caris... Los Ibones de Ballibierna al fondo arriba. Abajo el Ibón Cap de Llauset por donde bajaríamos de nuevo entre los grandes bloques de granito.


...y de nuevo bajadón. Nos esperaban imágenes increíbles.



Finalmente apareció ante nosotros el Embalse de Llauset, semiartificial,  pero no por ello menos bonito..


¡Qué lugar más bello!



Podría tener un kilómetro de largo aproximadamente.



Bonita excursión para realizar en familia, ya que se puede acceder desde Aneto hasta el embalse en vehículo. De hecho, la señora de Casa Molinè nos ofreció la posibilidad de subir a Llauset a por nosotros en vehículo, pero evidentemente desistimos.
Dejamos atrás el desvío hacia Angliós a la izquierda (juntos en la boca del túnel) ya que nosotros nos dirigíamos a Aneto, siempre en busca de buen alojamiento.


En la entrada del túnel, junto a la presa, vimos un cartel de Casa Molinè, nuestro destino. Indicaba que nos quedaban tan solo 45 minutos. Nos sorprendió ya que eran las 15:00 horas. Según el horario de la guía nos quedaban de 3 a 4 horas todavía. Aprovechamos para quedarnos a comer mirando aquel embalse, donde se reflejaban las montañas. Estuvimos completamente solos ¡Qué lujo!


Por la derecha del túnel apareció la primera señal de GR. Nos desviamos de la pista por una senda muy empinada y escarpada que descendía por la izquierda de la presa. No se veían señales e incluso la senda desaparecía y había que ir intuyéndola. Valle abajo volvimos a divisar las señales (escasas y deterioradas) bajando por una senda más ancha en zigzag.



El valle que descendía hasta Aneto era precioso y poco transitado. No nos cruzamos con nadie. La senda seguía siendo a tramos difícil de seguir. En la imagen que sigue a continuación, donde se ve un cerco de piedras para el ganado a la derecha, nos perdimos. Tanto la senda como las señales desaparecieron, localizándola finalmente a media ladera por la izquierda de la fotografía de abajo, hasta llegar a la pista que se divisa al fondo.


Después de dos horas alcanzamos la carretera. No nos cuadraba nada. ¡¿45 Minutos hasta Casa Moliné?! Sacamos el mapa de la mochila y nos derrumbamos cuando vimos que nos quedaba un interminable serpenteo por aquella carretera hasta Aneto. Por lo menos 2 horas más.


Luismi ya había desistido de las botas y llevaba las zapatillas desde el inicio de la jornada. Las plantas de los pies las tenía echas polvo y arrastraba los pies. Los picudos y yo con la moral por los suelos. Estábamos realmente agotados y...., como una aparición divina vimos aparecer una Volkswagen California con una pareja de franceses. Le hicimos el alto. Bueno, más bien se encontraron una barricada. Sí o sí subiríamos a aquella furgoneta y... ¡bingo!. La copiloto nos ofreció  amablemente subir para llevarnos hasta Aneto. ¡Otro golpe de suerte!

Las caras eran otras. Hasta el Negre se reía. Tras bajar y bajar por aquella zigzagueante carretera fuimos conscientes de la suerte que tuvimos con los franceses. Nos despedimos de ellos y fuimos a Casa Moliné.




Nos pedimos las birras de rigor que tomamos en la terraza conversando con el dueño. Al comentarle lo del cartel, nos dijo echándose hacia atrás en su silla levantado los brazos: -"¡Cómo habéis seguido las señales blancas y rojas... ¡Había que seguir por el túnel! ¡Ufff! Monos mal que apareció la California sino..., ¡matamos a Antonio!




A favor de los propietarios de Casa Moliné (Antonio y Pilar) he de decir que fueron unos excelentes anfitriones. Nos dieron de comer estupendamente. ¡Qué buenas aquellas judías rehogadas con patatas del huerto de Antonio! La habitación perfecta con buen colchón, buena almohada, sábanas de algodón..., en definitiva, lo que necesitábamos después de la larga jornada.

- ETAPA 6.- Hospital Vielha - Restanca - Refugio Colomers (22km 8h)

Tras el contundente desayuno, Antonio nos esperaba en la puerta con su Audi A3 para trasladarnos por el módico precio de 10€ carretera arriba hasta el Hospital de Viella.


Tomamos el camino que subía al este entre prados, remontando el margen derecho del barranco del Hospital donde hicimos las primeras fotos bajo las hayas.




Al cruzar un torrente por un puente dejamos la pista y subimos por un sendero a la izquierda.


Más adelante salimos a terreno despejado, zigzagueando en fuerte subida hasta una bifurcación, que habrá que seguir por la derecha hasta el Port de Rius (2355m)






Dejamos atrás el Lac de Rius comenzando a bajar por la margen derecha de Ribera de Rius. Pasamos por unos barracones en ruinas hasta una fuente al lado del camino. Seguimos descendiendo junto al riachuelo.


Nos desviamos hacia la derecha por una senda comenzando a subir suavemente hasta alcanzar un pequeño collado. Tras bajar un poquito comenzará una fuerte pendiente (de las que nos gustan) muy empinada bajo la línea de luz del refugio La Restanca.

Finalmente divisamos el refugio al final de la presa. Bonito enclave también.




Almorzamos fuera del refugio disfrutando de aquel solecito tan bueno. Pusimos a secar nuestras camisetas y comimos el bocata con unas cervezas que compramos dentro.



En cuanto dimos cuenta al bocata entramos al refugio a tomar un cortadito. Siempre que podemos no perdemos la ocasión.
Reemprendimos ruta con dirección hacia el Refugio de Colomers por la variante GR-11.18. Una vez más habíamos juntado dos etapas.



Desde el refugio iniciamos una fuerte subida hacia el este zigzagueando barranco arriba hasta llegar al Estanque de Cap del Port a 2230m. En la foto de abajo se divisa el embalse de la Restanca. Al fondo el valle que bajamos por la mañana, con els Pics de la Llosa de telón fondo.


Pasamos por el pequeño Estanc de Cap del Port y seguimos ascendiendo hacia el Port de Güellicretada. Descendimos suavemente hasta el Estany de Monges.





Momento muy emotivo en el que Luismi me abraza dándome las gracias por haberle propuesto aquel reto. Nunca había salido a la montaña hasta que aparecí yo por El Campello en el 2009.



- "Negre. ¿Estás estreñido?"
- "¡¿Gracias?! ¡Estoy sufriendo como una perra!"
jajajaja



Tras la sucesión de espectaculares estanques, escalonados uno tras otro llegamos al Port de Caldes a través de un laberinto de piedras grandes. Apretamos el ritmo hasta fundir las calorías del almuerzo. Una vez en el collado divisamos un paisaje increíble.


No pudimos dejar de pararnos en el primer trozo herboso que vimos y contemplar aquello.



Bajamos y vuelta a subir otro pequeño collado.




Una hora más tarde divisábamos el refugio de Colomers.




Fue el primer refugio que nos encontramos en el Pirineo que nos tuvimos que duchar con agua fría, pero fría de cojones. Mira que me había bañado en lagos pero aquella agua estaba congelada. Así que le echamos valor y a la ducha. Tras unos gritos y temblores nos quedamos como nuevos. Todavía nos restaba tiempo hasta la cena, por lo que aprovechamos para ver alguna revista y jugar al dominó.

Antes de irnos a la cama salimos al helipuerto para hablar con las chicas. Hacía frio, pero era el único sitio donde había cobertura.


- ETAPA 7.- Refugio Colomers - San Mauricio - Espot (17km 8,30h)

Fue el único día que nos pusimos el gore, aunque he de decir que no por mucho tiempo.


Pasamos por el antiguo refugio de Colomers, cruzamos la presa y bajamos junto a unos railes de vagonetas para tomar enseguida el camino hacia un pequeño collado. Aquí nos quitamos ropa. Bajamos y nos encontramos con el Lac long, que con la niebla quedaba un ambiente fantasmagórico.



Seguimos la senda por su margen derecho pasando por el pequeño Lac Redón hasta alcanzar el Lac Obago.


Desde el lago otra subida de las que nos gustan hasta el Port de la Ratera (2534m). Estas metas volantes te ponen las pilas pero bien...


A partir de aquí nos cruzamos con bastantes senderistas. Tras saludar a varios y no contestar pensamos que eran sordomudos, pero no, eran unos catalanes maleducados que sólo respondían o correspondían al saludo en catalán. ¡Qué triste! Menos mal que no todos son así. Ni en Alpes donde te encuentras montañeros de todas las nacionalidades me han negado el saludo.
Digo esto porque recriminamos a un par de ellos su actitud, recibiendo la callada por respuesta.



Ya en el Parque Nacional de Aigüestortes descendimos por el Vall de la Ratera pasando junto al estanque que lleva su nombre. Seguimos bajando dejando a la izquierda el desvío hacia el refugio de Amitges.



Els Encants al fondo. Prácticas pasarelas para no mojarte y no deteriorar el medio.


Nos desviamos una vez alcanzada la pista hacia el mirador.


Es padre de familia, aunque no lo parezca.





Hicimos la parada de rigor en el Lago San Mauricio, continuamos bajando por pista y luego por el ancho sendero turístico que accede a San Mauricio, que por cierto muy bonito. Finalmente llegamos a Espot, pequeño pueblo del Pirineo Catalán donde teníamos reservadas dos habitaciones en Casa Rural Colom.


Llegamos muy pronto. A eso de las 16:00 h, por lo que buscamos un bar donde comer algo y pasar la tarde. De postre cuatro Magnuns.


El alojamiento en Casa Colom correcto. El lugar que nos recomendó Conchita para cenar fue bueno y  precio razonable. A Conchita le costaba hablar castellano, pero de un modo muy distinto a los que nos cruzamos por la mañana. Se notaba que lo hablaba poco o nada. Aún así se esforzaba en hablar en castellano y nosotros en entenderla, incluso hablándole en valenciano.


- ETAPA 8.- Espot - Estaón (18km 7,30h)

Por la mañana Conchita nos preparó un desayuno excelente. A las 08:30 horas nos pusimos en marcha a por nuestra última etapa. Salimos del pueblo donde habían muchos huertos con éste. ¡Qué lechugas más ricas! Nos vino a la mente las judías de Antonio en Aneto.



Tras bajar un par de kilómetros nos desviamos hacia la izquierda por una senda de ascendía atajando un camino que zigzagueaba hasta un pequeño pueblecito que no alcanzo a recordar su nombre. Eran 8 casas muy bien cuidadas.

Enlazamos con un camino asfaltado divisando al fondo La Guindeta.


Llegamos al pueblo de Jou. Lo atravesamos y bajamos por una senda dirección a La Guindeta.






Paramos en un bar que tenía buena pinta y nos pedimos unos bocatas. El Negre miraba con cara de asco el bocadillo porque le habían puesto tomate, jajaja.


Desde la mesa pudimos observar que se les había olvidado colgar la bandera española. ¿No estábamos en España? ¿La estarían lavando a lo mejor...? Les gritamos, ofreciéndoles la nuestra que llevamos orgullosos en la mochila, con el nombre de nuestro grupo de montaña. Esto era deprimente. Recordaba con nostalgia el refugio de Respomuso donde ondeaban juntas la bandera aragonesa con la española.
Entre Chicho y yo se puede apreciar el mástil vacío.


Una vez más juntábamos dos etapas. Es lo que tiene ir cortos de tiempo o estar muy fuertes, ¿verdad Negre? jejeje. Voy a parar de darle cerita porque peligra mi amistad con él. Mucho llorar pero mira dónde estaba: ¡en la última etapa!


Caminamos hacia el sur por la carretera, desviándonos por un camino asfaltado a la izquierda antes de llegar al Embalse de Torrassa. Nada más pasar el embalse seguimos por un sendero hacia Dorve.  Teníamos curiosidad por verlo. Un amable vecino que nos indicó cómo salir del pueblo, nos dijo que llevásemos cuidado en Dorve, ya que vivía un sólo hombre y era un poco huraño. Lástima, me habría gustado conversar con él.

Después de una hora llegamos a Dorve. Un pueblo fantasma totalmente abandonado. Tan sólo se veía salir humo de una chimenea. ¡El único habitante! Hicimos caso a las recomendaciones y no molestamos. Pasamos por el pueblo atónitos imaginándonos cómo sería la vida aquí hacía 100 años. Admiro a aquellos que están recuperando estos pueblecitos. Es una lástima dejarlos perder.

Luismi y el Negre se adelantaron. Aquellas ruinas no suscitaron su interés. Por el contrario, a Chicho y a mí nos fascinó. Nos introdujimos por sus callejuelas e incluso en alguna casa. Tras hacer unas fotos seguimos ruta, dándoles alcance unos cientos de metros más arriba, no sin pocas burlas por parte del Negre, mofándose de nuestra bonita e interesante ruta turística.

Mientras el Negre ganaba ventaja, nosotros seguíamos con las fotos...




...hasta que le dimos el "hachazo" y le quitamos la sonrisita de la boca. Necesitaba aire para respirar. Impusimos un ritmo brutal. Se dispararon los ventiladores siguiendo a Luismi. No le hacía falta volverse, ya que nos escuchaba perfectamente jadeantes pegados a su culo, hasta que paró de golpe y dijo: -"¡Basta cabrones! ¡No hay forma de dejaros atrás! Esperamos exhaustos al Negre, que apareció a ritmo constante, con la cabeza gacha y su consabido gesto de enfado. Nadie habló.


Finalmente alcanzamos el Coll de Montcaubo (2207m). Habíamos subido 1250m de desnivel a un ritmo exigente y resulta que el puerto no lo cerraban... jejeje. Así somos, nos encanta de vez en cuando estas sanas competiciones.

Nos equivocamos en un cruce de sendas al no ver el desvío hacia la izquierda que bajaba a Estaón. Seguimos un kilómetro más hasta unas ruinas de un castillo. Divisábamos Estaón al fondo, pero por allí no se podía bajar. Era una locura. Quedaba un bajadón de 1000 metros de desnivel. Dimos la vuelta localizando el cruce de sendas donde nos confundimos e iniciamos el tortuoso descenso final.



Otra bajadita para finalizar como el año anterior. ¡Interminable!



Estaón al fondo.


Increíble enclave en medio de aquel frondoso valle. Bonito lugar para oxigenarse. El pueblo por cierto cuidadísimo y con casas de mucho nivel, segundas residencias en casi su totalidad.



¡Y por fin llegamos a nuestro destino!


Lástima no poder comer en el refugio. Nos habían dicho que se comía genial. Al año siguiente lo probaríamos.


Como teníamos convenido, el taxista vino a recogernos a Estaón para llevarnos al refugio de Pineta donde teníamos el vehículo.


Después de la ruta, el viaje en taxi se hizo interminable. Al día siguiente viajaríamos a Alicante.

- DÍA 9.- Viaje de vuelta.

Paramos a almorzar-comer en Calamocha (Teruel). Había que reponer fuerzas y, ¡qué mejor lugar que Aragonia! Nada más entrar por la puerta el propietario nos hizo sentir como en casa. ¡Me encantan los aragoneses! Nos ofreció enseguida el porrón de vino  y nos puso  unos quesos variados para picar mientras nos preparaba los bocatas. ¡Aquello eran bocadillos! El pan de aceite estaba buenísimo y rebosantes de jamón, riquísimo también por cierto. ¿Y el precio? ¡¡¡20€!!!


Compramos unas frutas de Aragón, quesos, embutido y una hogaza de pan (esta en Casa Domingo). Un pan que dura una semana y cada día está más bueno. Nos despedimos del propietario con la promesa de volver el próximo año. El Negre se adelantó y dijo que él no volvería.


Fin del viaje. 





4 comentarios:

  1. Que grande que eres mamón, yo no podría haberlo descrito mejor. Un 10.
    Si esto lo haces medio tullido, miedo me das cuando te recuperes.
    PD: un beso y pronta recuperación. Te esperaremos, muak.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Chicho. Fue un placer contar con vosotros en esta aventura y como bien dices en todas las q nos quedan en cuanto me recupere. Un abrazo amigo.

      Eliminar
  2. " La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla".
    Bien puede aplicarse esta frase de Gabriel García Márquez a los relatos que publicas en tu blog.
    Tengo la sensación que vives cada ruta cuando la planificas, la revives cuando la realizas y la vuelves a vivir, paladeándola, cuando la cuentas.
    Eres un gran vividor. Enhorabuena.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es un honor para mí que hagas alusión a esa frase de Gabriel García Márquez. Es cierto que disfruto plenamente durante la planificación. El viaje es obvio lo bien que lo pasamos y recordar cada detalle o anécdota es volver a revivir esos maravillosos e inolvidables momentos. Me alegra poder transmitir ese sentimiento a través del blog. Mil gracias.por tu mensaje.
      Un saludo,

      Eliminar