viernes, 8 de abril de 2016

Serra Gelada (Sierra Helada)

INTRODUCCIÓN

   Había comenzado a trabajar a las 06:00h. Vimos amanecer en el paseo de El Campello desde donde se recortaban en el horizonte la Sierra del Bernia, Serra Gelada, Puig Campana y Sierra Aitana. El cielo estaba azul sin una nube a la vista. Era fin de semana y pronto se llenó la playa. ¡Qué gusto poder disfrutar de este día primaveral si no trabajase! le dije a mi compañero, pero..., ¡terminaba a las dos! y el día era largo. Llamé por teléfono a Aitana y le dije que preparase un picnic y que me trajese la mochila y las botas que tenía un buen plan para la tarde. Me dijo que sí y allí la tuve en la puerta esperándome con Nina a las 14:00h.

   No sabía dónde íbamos, pero estaba encantada con ese tipo de sorpresas. Me había levantado a las 05:00h. y tenía sueño, pero era una pena pasar la tarde durmiendo la siesta perdiéndonos aquel maravilloso día junto a mi mujer que a continuación os contaré.
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   La Serra Gelada se encuentra en la comarca de la Marina Alta. Se trata de un cordal montañoso costero situado entre Alfaz del Pí y Benidorm. Está formada por roca caliza y margas con impresionantes acantilados que le confieren un perfil único y singular.

   El conjunto de la sierra está protegido como parque natural y alberga una interesante duna fósil y dos microreservas de flora.

DESCRIPCCIÓN DE LA RUTA

Datos técnicos.-

Fecha: Mayo 2011
Tipo de ruta: Lineal.
Duración: 4h 30'
Dificultad: Moderada. Abstenerse de realizar esta ruta en verano. Llevad agua.

   En media hora llegamos y aparcamos el coche en el parking del área recreativa del Albir. Empezamos a caminar por una pista asfaltada cortada al tráfico y a 300m paramos en las mesas del merendero a comer. Había preparado un aperitivo, pasta y unas birras fresquitas. Comimos y comenzamos a caminar cerca de las 16:00h.    


   Seguimos por la pista asfaltada unos metros hasta encontrar un panel informativo del pajarito de la Consellería de Medio Ambiente indicando varias rutas. Nosotros seguimos las marcas amarillas, por lo que nos desviamos a la derecha por una senda que sube por unas escaleras. 



   La senda es empinada y sube zigzagueante entre los pinos hasta las antenas. Pronto queda atrás la playa del Albir y Altea con el Bernia de telón de fondo. Empieza el espectáculo con el azul intenso del mar entre los pinos.


   El día empieza a cerrarse. Al fondo el Puig Campana.


   Llegando a las antenas. No estaba mal para calentar aquella empinada senda. Hay que ascender 400m de desnivel hasta el Alt del Governador (438m).



   Había mucha humedad y sudamos de lo lindo. Aitana especialmente se le atragantó aquella subida recién comida.



   Lo peor ya estaba hecho. Habíamos dejado atrás el Alt del Governador y ya veíamos Benidorm encapotado al fondo.


   Aparecen los impresionantes acantilados que nos acompañarán toda la ruta hasta Benidorm.



   La senda discurre junto al acantilado, en ocasiones muy al borde por lo que hay que llevar cuidado. 


   Isla Mitjana al fondo.


   La ruta no es dura, pero es un sube - baja constante. 


   ¡Qué acierto haber venido! Esos planes que no planeas con tiempo son los que mejor salen, y lo mejor de todo económicos. No podría haber encontrado plan romántico mejor para aquella maravillosa tarde con Aitana.



   Ya se le había pasado el enfado de la primera subida. Las impresionantes vistas habían contribuido a ello.


   Peñón de Ifach al fondo.







   Nina asomándose al acantilado.



   Ahí donde la véis, con un año ya ha subido el Puig Campana un par de veces y el Cabeçò ni os cuento....


   Se puede apreciar el recorrido hasta el momento con las antenas al fondo.




   El cielo se cerraba cada vez más.




   Aquí se puede apreciar la espectacularidad de los acantilados.



   






   En esta fotografía se puede ver la senda por la que hemos bajado junto al acantilado.





   Mi inseparable compañera de batallas montañeras.



   El tiempo se cerraba más y más. Llevábamos un simple paraguas infantil y un par de chubasqueros que cogimos a última hora del coche por aquellas nubes amenazadoras que aparecieron después de comer. Era ya inevitable mojarnos. A mí me daba igual, pero sufría por Aitana que como se mojase no la traía más al monte. 



   Yo aguanté el chaparrón y cedí el paraguas a Aitana. Mi chica urbanita por aquellos lares...
   Llegamos lloviendo intensamente a la cruz y bajamos por carretera hasta la Avda. del Mediterráneo.


   Nina parecía una nutria. Nos miraba temblando y la metimos en la mochila el resto del camino.


   Pero hasta aquel remojón dieron encanto a aquella mágica tarde juntos.


   En la Avda. del Mediterráneo cogimos un bus hasta la playa del Albir.


FIN

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